Te ahogué

Te ahogué en tus malas decisiones, en tu egoísmo, en la culpa que "siempre" la tuve, en mi mal carácter, en tu impulsividad, en el subestimarme, en el minimizarme cuando tenía la razón, en tu carente empatía, en las malas noches de intriga de saber si me terminarías luego una tonta discusión, en tu congelante indiferencia, en tu constante satisfacción cuando pedía disculpas por algo que no había hecho solo para arreglar las cosas, en todas tus exigencias y exquisiteces, en las muchas veces que me terminaste y que ya perdí la cuenta, en los detalles que no pudiste darme, en las cartas que con tanto amor escribía y que de seguro rompiste, en las veces que me comparabas, en lo que hacías y decías cuando estabas ebria, en cómo te molestabas por la música que escuchaba, en tus amenazas de terminar la relación, en tus sueños que exigías que fueran de los dos, en el dolor que me causaste al terminarme con un mensaje de texto, en tus promesas rotas, en las veces que gritaste que me odiabas, en las veces que me rogabas que yo te terminara, pero sobre todo, te ahogué en la oscuridad cada una de tus mentiras.