Regreso

Llevo muchos meses sin publicar nada, han sido meses realmente dolorosos, llenos de pensamientos negativos, pasos en falso, decisiones lamentables, pero buenas al final, cambios drásticos, despedidas, cumpleaños, nuevos comienzos, en resumidas cuentas mirando hacia atrás solo recuerdo noches muy dolorosas que pensé que nunca acabarían  y eventos que sobrepasaron mi capacidad de aguante, un abismo inmenso de desesperación y solo un pequeño puente para una sola persona, sin opción a retorno. Gracias a Dios por su misericordia y su gracia cada día. He experimentado como cada día puede ser realmente nuevo por su voluntad. He aprendido a rendir el control y a confiar que el verdaderamente está al mando y a cargo de todo. Aún cuando pensé que podía tomar yo el control y safar de todo ese dolor por mi cuenta, Dios me mostraba una y otra vez que sin Él soy como el grito de una hormiga en medio de la selva, insignificante, sin darle el control, seguimos estancados o vivimos espontáneamente, sin dirección. Si fuera un gato diría que estoy viviendo la última de las siete vidas, consumiendo el último cartucho y sé que mejor lo entrego todo Él, porque confío plenamente que hará que valga la pena cada minuto. 

Había seguido aferrado a lo que un día pensé que me haría feliz, pero es bueno corregir mis propias fallas, dejar de esperar, ver todas las banderas rojas que hubieron y que ahora lamento por no haber hecho nada.                  He pensado que puede ser tan sencillo como dejar de pensar en ello, sin dejar de sentir y así mismo lo intento. Cortando las raíces, quemando todo rastro que evite mi regreso, ahogando cualquier oportunidad que me lleve a malas decisiones. Dejar de destilar dolor, remordimiento y rencor en redes sociales. Ver cómo me he convertido en un fantasma y queriendo emularlo, pero sé que mis sentimientos fueron reales y me cuesta mucho más. Intento confiar ciegamente en lo que muchos dicen "que ya pasará". De verdad que lo intento, quizás aún el tiempo ha sido corto para ver los resultados de esa ruptura. Siempre lo lamentaré, estoy seguro, pero no fue mi decisión. 

Más bien, he decidido dejar de hablar de ello, contarles que hay de nuevo, contar lo raro y locos que pueden ser mis días. Los libros que voy leyendo. He pensado en esto como algún tipo de terapia para poder analizar en profundidad lo que cruza por mi cabeza a diario también y evaluar cuál es mi punto de partida y cómo será mi progreso. Espero en Dios y deseo con muchas ganas poder llegar a sentirme con vida otra vez, recuperar los años perdidos y revivir todo lo bueno que me pase y lo malo también (claro para aprender) al leer esto. 

Les adelanto algo, estoy intentando entrar a un postgrado en pediatría aquí en Guayaquil, ojalá lo logre, sería perfecto y conveniente por muchas razones. Sobretodo porque ahora que vivo con mi mamá, quisiera pasar más tiempo con ella y cuidarla. Aprender nuevas cosas juntos y poder hacerla feliz. Por ejemplo, ahora le he estado enseñando inglés y ha sido todo un desafío, incluso descubrí como raramente pronuncia ciertas palabras en español. No se imaginan cuánto se ha reído ella al darse cuenta lo deseperado que me puse al buscar la manera para que pronuncie correctamente una consonante. Gracias a Dios por su vida. 


 Cocinando y escuchando una prédica me puse a pensar que así se ven mis planes (huevo) vs los planes de Dios (sandía). Aplastante!! 

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