Pepito y Yarita
¿Quiénes son?
Pepito es mi primo, se graduó de doctor en cirugía y medicina en la universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí, Yarita es su esposa, ella también se graduó en la misma universidad en ingeniería en sistemas, se conocieron en la iglesia 3 años antes de casarse, los dos son cristianos desde muy corta edad, sus padres viven en Manta, pero desde hace más de 10 años viven en Quito.
Todo empezó cuando Pepito decidió hacer su postgrado en anestesiología en la universidad Central del Ecuador, fue algo de mucha bendición, pues pasaba el tiempo y no encontraba un lugar donde hacer su especialidad. Pepito se esforzó bastante para graduarse de anestesiólogo, tuvo muchos contratiempos y él mismo fue muy exigente durante todo su postgrado. Además de vivir lejos de su familia, también vivió separado de Yarita quien vivía en la provincia de Sucumbios, en Lago Agrio, donde trabajaba en un banco estatal. Luego de tantos sacrificios Yarita pidió el cambio en el banco para venir a Quito y poder vivir con Pepito. Alquilaron un departamento muy bonito al Norte de Quito y desde entonces han vivido aquí. Creo que Dios los ha bendecido en cada decisión y todas han tomado mucho esfuerzo y aceptar ser obedientes a los tiempos de Dios.
La infancia
Pepito ha sido el mayor de todos mis primos, cuando eramos pequeños el venía desde Manta a pasar las vacaciones de invierno con nuestra familia, tenemos muchas memorias y muy buenos ratos, por ejemplo cuando el llegaba siempre jugábamos fútbol, monopolio, comíamos cosas muy ricas que nos preparaba mi mamá muy seguido, nos acostábamos tarde, desayunábamos muy delicioso, jugábamos hasta muy tarde, cuando no estaban mis papás en casa, movíamos todos los adornos y muebles de la sala y hacíamos una pequeña cancha de fútbol, jugábamos tanto que terminábamos exhaustos y sudados. Por ser el mayor recuerda muchas mas cosas que las que yo puedo y a veces después de comer solo hablábamos de eso y nos reímos hasta muy tarde.
Llegué a Quito el 21 de abril del 2017 para iniciar el internado el 1 de mayo, previo a eso había venido varias veces para la visa a Noruega, para visitar a mi primos en la navidad del 2015 y unos días previos al inicio del internado para entregar los papeles en el Hospital Eugenio Espejo.
Quito me había parecido demasiado frío para vivir, muy congestionado, a veces el clima bastante variable, nunca probé la comida dentro de la ciudad, pero siempre escuchabas en la costa que la comida era diferente, sobre todo el arroz, el pan, las variaciones con el plátano, etc. Sin embargo, vivir con ellos ha sido muy bueno, me han acompañado en los momentos mas difíciles, me han apoyado y motivado cuando he estado muy desanimado. Recuerdo que la segunda semana de estar en el internado, se fueron de vacaciones a la playa, esa semana para mi fue un infierno, extrañaba mi casa, extrañaba el calor, extrañaba la vida de la universidad, mi cuarto, la comida de mi mamá, entristecí bastante, además estaba demasiado cansado por el trabajo en el internado, no podía dormir casi nunca y adicional a eso solo comía la comida del restaurante del hospital que para mi paladar era un desastre. No recuerdo si lloraba del cansancio, de la soledad, de la frustración que tantas cosas me salieran mal en la primera semana de internado, o era la suma de todo eso, a pesar de todo esto, no llamé a mis padres para no contarles como me sentía, si me escribían les decía que todo iba bien. Cuando llegaron me sentí con muchas ganas de seguir y no rendirme, pero nunca les conté eso, pensé que a lo mejor se iban a sentir mal.
He admirado a Pepito y Yarita desde el día de su boda, son una pareja tan real, genuina, divertida, con algunos contratiempos muchas veces, pero siempre confiando que Dios los ayudará y realmente eso ha pasado. Aproximadamente a los 3 meses de estar aquí comencé a ir a la iglesia con ellos, pero hasta eso era muy diferente y nunca me acostumbré, no fui mas que unas 5 veces. Pepito me aconsejaba bajo la luz de la Biblia como un hermano mayor lo haría, tuve confianza de contarle muchos de mis problemas y siempre sin dudarlo me daba aliento, otras veces me confrontó tras mis malas decisiones y trataba de corregirlas porque sabía que era mejor lo que él opinaba o pensaba y al final si lo era. El día que me comprometí con Magus vinieron mis padres desde Guayaquil y también él nos acompañó, fue un día muy especial.
Siempre había deseado una hermana mayor con amplia experiencia y que pueda aconsejarme en mis decisiones, ese lugar no pudo ser mejor tomado que por Pepito.... Y Yarita jaja los dos lo hacen mucho mejor que una hermana lo haría.
La vida no me pudo regalar mejores primos, ojalá alguien diga eso de mi también algún día.
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